Una pequeña sorpresa en el inicio de un exquisito fin de semana y que hoy os recomiendo. 

A tan sólo 20 minutos de Santander, dirección Bilbao y cogiendo el desvío hacia  la localidad de Hoznayo se encuentra este restaurante del que había oído hablar muy bien, y es que el boca a boca, sigue siendo una garantía para acertar.

Llamé antes para hacer la reserva, y menos mal, estaba a tope. La atención fue buenísima, rápida, amable, tranquila, buenas recomendaciones a la hora de elegir plato, un ambiente cuidado y todo exquisito. Sorprende la variedad de panecillos, las ensaladas abundantes y con mezclas sorprendentes, cebolla frita, aguacate y parmesano, un buen comienzo. Papas asadas con foie y alioli (una patata al dente no es buena idea) , un solomillo que se deshacía en la boca con setas y salsa asiática y una merluza...con la que parecía que te comías el mar. Yo no puede resistirme a acompañarlo con una cerveza, pero tienen una carta con una cuidada selección de nuevos vinos. Y para finalizar, echamos a suertes el postre, las elecciones culinarias difíciles, se las dejamos al azar ;) y esta vez nos tocó una riquísima y típica tarta de queso cántabra, aunque hubiéramos acertado con cualquier postre.