Llegamos al anochecer, un atardecer de esos en los que el cielo tiene un azul más intenso porque amenaza con tormenta y otorga una luz especial a los lugares. A cada paso que dábamos, un poco más sorprendidos y con una extraña sensación de no ver completamente lo que debió de ser el pasado, absolutamente glorioso, de Emerita Augusta.
Castillos medievales, construcciones del neolítico, arte romano, recuerdos árabes y naturaleza en estado puro es lo que nos ofreció Extremadura en algunos de los lugares que visitamos.