Se dice de Cadaqués que vivió aislado al resto de la comarca del Ampurdán hasta finales del XIX. La verdad es que la carretera que se toma hasta llegar allí es un vaivén de curvas que parece no saber dónde van, pues crees imposible que después de subir una montaña te vayas a encontrar con el mar. Desde esta carretera se puede ver como se ve el Golfo de Rosas describe una perfecta curva.
Cadaqués es un pueblo de pescadores que mira al mar, lleno de estrechas calles en cuesta y con casas blancas y ventanas de madera pintadas en azul, con rincones retratados por Salvador Dalí, quien paso, junto a su esposa Gala, muchos años de su vida en su casa de Portlligat, el puerto tradicional de Cadaqués.

La tramontana no paró en todo el día y eso hizo que a la llegada al Cabo de Creus sintiéramos el azote del viento que corre a sus anchas a lo largo del mar y choca en esta zona tan rocosa.

Sin duda es una de esas rutas de senderismo que os recomiendo. Tal vez, como yo, acabéis un poco cansados, pero a la vuelta a Cadaqués podéis reponer fuerzas con unos ricos pasteles.

¿Alguna vez habéis visitado Cadaqués? ¿Qué os ha gustado de esta zona de la Costa Brava?