Las primeras nieves y una escapada para pisarla en los Picos de Europa, concretamente en Fuente Dé, me despertó una emoción suavizada de tanto mar y es que... me apasionan la montaña.

Había alerta de nieve, viento, recomendaban no salir a la carretera, pero eso fue el día anterior, para cuando llegamos el tiempo era fabuloso. Con nubes y sol el día nos dejó estampas tan bonitas como las que os muestro en las fotos que hice. 

El camino un poco largo, angustioso y estrecho, acentuado esto durante el tramo del Desfiladero de la Hermida, me hizo pensar un tanto agobiada "dónde te estas metiendo"... Sin embargo al llegar al final, al final de verdad y ver lo que guarda ese lugar hizo que el camino mereciera la pena.

El viento enfriado por la nieve me despertó del viaje y la pared de montaña, tan vertical, me hizo perder el equilibrio, era imposible encontrar el final, solo se veían las nubes. 

La idea de ir a Fuente Dé era, la que seguramente tenemos todos cuando vamos, subir en el teleférico y dar un paseo por las nubes (16 euros ida/vuelta. 753 metros de desnivel salvados en tan sólo cuatro minutos). Una vez arriba poder disfrutar de la vista, darse prisa en mirar alrededor cuando las nubes se escapan y no perder el equilibrio entre el viento y el hielo le hacen sentirse a uno a gusto. Sentí alegría en aquel lugar. Estaba contenta de haber hecho aquella visita con la familia de Tasja. Pensé que era afortunada de compartirlo con personas tan felices. Respiré el frío y disfruté.  

¿Os dan miedo las alturas? ¿Alguna vez habéis visitado este lugar? ¿Y otros parecidos?