Debe de ser este calor. La mirada puesta, siempre, en un nuevo viaje. Las ganas de descubrir lo que no se conoce y el recuerdo de buenos momentos que me han traído a la memoria un road trip por el norte de Portugal. 

Empezamos en este inmenso, maravilloso, extraño y frío Parque Nacional Peneda Gerês. Y luego continuamos...

Una parada en Braga. Una rica comida en El Histórico de Guimarães, una ciudad llena de cultura, amor y castillos. Nos acercamos a la costa, pasando antes, por Oporto, lo vimos desde la carretera, ya habíamos disfrutado, años antes, de sus estrechas y empinadas calles, de sus muchos puentes, de sus vinos, belenes y sus fabulosos azulejos. Llegamos a Aveiro, pasamos las noches en el pinar de un camping. Comimos frango à brás y tomamos vinho verde. Paseamos por sus calles de coloridas casas, notamos alguna pequeña influencia del art decó. Nos tumbados en la arena para no notar el fuerte viento de las largas playas junto al atlántico. Nos quedamos a la mitad del país luso, en Coimbra donde su folclore, sardinhas, su río, sus fados en las calles y de nuevo, su gente, nos dejó con las ganas de seguir conociendo este país. 

Volveremos Portugal ;)